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Eduard Admetlla

 

 

A principios de los años cuarenta, Eduard tuvo la oportunidad de provar en aguas de Port Lligat, una escafandra semiautónoma. La experiencia lo cautivó. Por entonces, en España y Europa este deporte era prácticamente desconocido. Impulsado por el deseo de adentrarse en los misterios de las profundidades, se construyó con sus propias manos y con materiales tan rudimentarios como una varilla de cortina, una escafandra inspirada en el aqualung. Realizó su primera inmersión en la bañera de su casa y fue un éxito, la escafandra funcionaba. Eduard abandonó la pesca submarina y se volcó de lleno a la exploración subacuática. Fue una época marcada por increíbles descubrimientos y aventuras, como por ejemplo el hallazgo de los túneles que cruzan  las Islas Medas.

Eduard Admetlla es el pionero del buceo en España y la memoria viva de este fascinante deporte.

Eduard Admetlla

En los años cincuenta, fundó junto con otros compañeros, el CRIS (Centro de Recuperacions i Investigacions Submarines). Fue el primer club de buceo en España y durante años se encargó de formar a los futuros buzos de la Armada,  tareas de salvamento, realizó los primeros cursos de inmersión, etc. En 1957, Eduard batió el record mundial de profundidad descendiendo hasta la cota de 100 metros. Ese mismo año, publicó el primero de sus cinco libros: La llamada de las profundidades. A su vez, indirectamente,  fue pionero de otras disciplinas como la arqueología submarina,  la fotografía y la filmación subacuática, la etología submarina, la divulgación,…mérito por el cual es reconocido no solo a nivel estatal sinó que también internacionalmente.

Saliendo del agua después de haber batido el récord mundial de profundidad

Eduard, director ejecutivo de la empresa lactia RAM, creada por su padre, decide a finales de los años setenta, convertir el que hasta entonces había sido su hobbie en su profesión. Abandona su puesto de trabajo y es contratado por TVE para realizar expediciones y filmar series de divulgación submarina.  

Las iniciales de su padre: Ricard Admetlla Muntanya

La pasión de este veterano submarinista no tiene límites. Con 86 años viajó por tercera vez a Cuba, donde relizó inmersiones rodeado de decenas de tiburones. Con 89 años viajó a Mallorca para bucear en la cueva de Sa Gleda y, todavía a día de hoy, a sus 92 años, Eduard continua buceando, haciendo conferencias y recibiendo homenajes por su labor.

Eduard con 86 años, buceando con tiburones en los Jardines de la Reina, Cuba.

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